La terapia Gestalt, fundada por Fritz Perls, se clasifica en el grupo de las terapias humanistas.
La Gestalt se incluye entre los planteamientos actuales más efectivos de la psicología moderna. Tanto como si desea dar nuevos impulsos a su vida como una solución eficiente para trastornos de psicología clínica, la terapia Gestalt es igual de efectiva en ambos casos.
El planteamiento siempre se enfoca al presente y se centra en el aquí y el ahora. Cuando nos mantenemos en el presente, desaparecen los miedos con respecto al futuro y los sentimientos de culpa sobre el pasado.

El proceso terapéutico busca la transformación. Para ello, cada persona tiene sus propios caminos y soluciones. El terapeuta Gestalt fomenta y dirige el proceso individual de forma que surjan estas soluciones.

Gestalt equivale a asumir la responsabilidad de lo que nos pasa, no la culpa. Si nosotros cambiamos, nuestro entorno lo hará con nosotros al mismo tiempo. En lugar de manipularnos a nosotros mismos, nos enfocamos en nuestro propio proceso.

En Gestalt sabemos que un tema permanece hasta que conseguimos ponerle fin definitivamente; es decir, romper el círculo vicioso. Cuando reconocemos el patrón, habrá situaciones específicas que concluyan y no vuelvan a producirse.

La terapia Gestalt es una terapia integrativa; se da un proceso de aprendizaje implícito a través de la experiencia. La Gestalt se desvía de la terapia de conversación convencional en el sentido de que incluye el lenguaje corporal, así como otras formas de expresión.

El objetivo de la Gestalt es hacernos conscientes de cómo actuamos y reaccionamos en determinadas situaciones. Solo podemos cambiar siendo conscientes de nuestros comportamientos. La Gestalt es el camino hacia nosotros mismos.

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