En el caso de la biorretroalimentación, hay parámetros psicológicos tales como la tensión muscular, la resistencia tisular, la frecuencia cardíaca o la temperatura que se transfieren a un programa de ordenador, que los correlaciona con animaciones gráficas o señales acústicas. De este modo, el paciente puede ver u oír las modificaciones que se producen en su estado de tensión. Aprende a influir sobre ellas conscientemente. El proceso se basa en la evidencia y funciona de forma excelente en casos de migraña, cefaleas ensionales, incontinencia y síndromes de dolor. Una aplicación especial es la retroalimentación de la variancia de la frecuencia cardíaca (diferencia entre la duración de las sístoles al inspirar y expirar). Esto resulta beneficioso para quienes sufren de hipertensión o trastornos cardíacos.

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