Los trastornos alimenticios.
Los trastornos alimenticios son condiciones complejas que emergen de la combinación de conductas que han estado presentes durante un largo periodo de tiempo. Sus factores pueden ser biológicos, emocionales, psicológicos, interpersonales y sociales. Los científicos e investigadores aún se encuentran aprendiendo acerca de las causas de estas condiciones físicas y emocionales que hacen tanto daño. Sin embargo ya se conocen algunas generalidades que contribuyen al desarrollo de estos trastornos.
Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener trastornos de la alimentación. Suelen comenzar en la adolescencia y con frecuencia se presentan con depresión, trastornos de ansiedad y abuso de drogas.Los trastornos de la alimentación pueden causar problemas en el corazón, en los riñones e incluso la muerte. Es importante obtener ayuda a tiempo. El tratamiento incluye supervisión, terapia psicológica, asesoramiento nutricional y, algunas veces, medicinas.
Aunque los trastornos alimenticios pueden comenzar con preocupaciones por la comida y el peso, son mucho más que solamente comida. La gente con trastornos alimenticios utiliza la comida y el control de la comida como un intento para compensar los sentimientos y emociones que de otra manera son vistos como insoportables. Para algunos, la dieta, los atracones y la purgación pueden comenzar como una forma de lidiar con las emociones dolorosas y para sentirse en control de su vida personal, pero al final estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la sensación de competitividad y control de la persona.
Aquí os presentamos la división de ellos:
1. Anorexia nerviosa, cuando la persona adelgaza demasiado, pero no come lo suficiente porque se siente gorda.
2. Bulimia nerviosa, que incluye períodos donde la persona come demasiado seguidos por frecuentes purgas, a veces vómitos autoprovocados o uso de laxantes.
3. Compulsión para comer, que consiste en comer sin control.
Estos son los siguientes factores psicológicos que pueden contribuir a los trastornos alimenticios: la Baja autoestima, los sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida y la depresión, ansiedad, enojo y soledad. Los factores interpersonales negativos afectan también a la persona puediendo causar problemas con la comida, son ejemplo de ello las relaciones personales y familiares problemáticas, dificultad para expresar sentimientos y emociones, haber sido fastidiado o ridiculizado basado en su talla o peso, una historia de abuso físico o sexual, etc.
Es muy importante tener en cuenta los Factores sociales que pueden contribuir a los trastornos alimenticios, actualmente las presiones culturales que glorifican la “delgadez” y le dan un valor a obtener un “cuerpo perfecto” son muy fuertes. Las definiciones muy concretas de belleza que incluyen solamente mujeres y hombres con ciertos pesos y figuras (para nada salubridad) y las normas culturales que valorizan a la gente en base a su apariencia física y no a sus cualidades y virtudes internas.
Los científicos todavía se encuentran investigando las posibles causas bioquímicas o biológicas de los trastornos alimenticios. En algunos individuos con trastornos alimenticios, se ha encontrado que ciertas substancias químicas del cerebro (llamadas neurotransmisores) que controlan el hambre, el apetito y la digestión se encuentran desequilibrados. El significado exacto y las implicaciones de estos desequilibrios aún se encuentran en investigación. Los trastornos de la conducta alimenticios usualmente se presentan en familias. Los estudios actuales nos indican que la genética contribuye de manera significativa en los trastornos alimenticios.
Los problemas con la comida son condiciones complejas que surgen de una variedad de causas probables. Sin embargo, una vez que comienzan, pueden crear ciclos de destrucción física y emocional que se perpetúan a sí mismos. La ayuda profesional es siempre recomendada en el tratamiento de los alimenticio. La familia es importante para conseguir resultados estables, también si la paciente aun no vive con sus padres. Como en muchos casos hay mecanismos similares como en el síndrome obsesivo compulsivo una forma de farmacoterapia puede ser con Ketamina, pero siempre en el contexto con psicoterapia.