Adicciones y consumo de sustancias dañinas en general se manifiestan por culpa de un control defectuoso del sistema de recompensas de nuestro cerebro. Mediante determinadas sustancias o también mediante formas de comportamiento se produce el bienestar o la euforia y el cerebro aprende relativamente rápido a volver a inducir este estado. En algún momento, algunas personas empiezan a utilizar estas sustancias o formas de comportamiento cada vez más a menudo para dar sentido a su vida, o, en caso de una abstinencia forzada, trasladan esto a otros ámbitos. Se crean adicciones.

Básicamente las adicciones, todas estas sustancias o actividades que estimulan tanto nuestro sistema de recompensa conducen al desarrollo de una adicción. En primer lugar, son muy conocidas la dependencia del alcohol o del tabaco, pero no solo hay adicciones basadas en sustancias, también está la adicción al juego o al sexo, o incluso, en cierto modo, formas de comportamiento deseables se convierten en adicción, como la adicción al deporte o al trabajo. 

En el ámbito médico no se diferencian las adicciones a sustancias de otro tipo de adicciones. Sin embargo, en la terapia suponen una gran diferencia.

No es raro que una adicción se cambie por otra, por ejemplo, el alcohol por el deporte. ¡No pocos deportistas de élite fueron dependientes de alcohol u otras sustancias anteriormente!

El hecho de que una persona tienda al desarrollo de adicciones depende de las características genéticas y de las circunstancias que tienen lugar durante su vida. Muchas enfermedades, como por ejemplo los trastornos de ansiedad o dolores crónicos, favorecen que surja una enfermedad adictiva debido a la automedicación. A veces también simplemente depende del estilo de vida si el conjunto del entorno tiene una actitud poco crítica en lo referente a determinadas sustancias y formas de comportarse.

Consumo de sustancias arriesgado, dañino y dependiente

En el consumo de sustancias potencialmente dañinas se diferencia entre uso inocuo, arriesgado, dañino y adictivo.

Algunas sustancias no son peligrosas en pequeñas cantidades. Entonces se habla de un consumo inocuo. Hoy en día existe controversia en cuanto a si el consumo regular de pequeñas cantidades de alcohol puede verse como algo inocuo.

De un consumo arriesgado se habla si, debido al hábito de consumo, es más probable que se produzca un daño.

Un consumo dañino se da cuando ya se ha producido un daño psíquico, social o físico. Sin embargo, es difícil diferenciar entre daño psíquico y físico porque en cualquier caso se producen cambios comprobables en el cerebro (Ejemplo: depresión). Entre los daños sociales están la pérdida del carné de conducir o del puesto de trabajo, o también conflictos de pareja.

En caso de consumo dependiente, pese a la presencia de daños, no puede frenarse o limitarse el consumo o en caso de dejar dicho consumo se producen síntomas de abstinencia.

Trastornos del control de impulsos en el desarrollo de adicciones no dependientes de sustancias 

En comportamientos adictivos no basados en sustancias, puede aceptarse esta clasificación sin cambios, pero en parte hay grandes similitudes, tanto en comportamientos inocuos, arriesgados como dañinos. Únicamente en la dependencia se producen diferencias, ya que aquí en la mayoría de los casos no se llega a síntomas de abstinencia físicamente mensurables.

Aquí se habla de trastornos del control de impulsos. 

Tratamiento

En la adicción siempre se trata de una enfermedad. ¡La adicción no tiene nada que ver con la debilidad de carácter o de moral! Por desgracia, sigue sometiéndose a los pacientes con adicciones a enfoques terapéuticos con un gran contenido moralizante y punitivo a los que no acompaña la efectividad y más bien se daña a los pacientes.

En todos los casos, para el tratamiento de adicciones, se combinan procedimientos psicoterapéuticos, farmacológicos y, en algunos casos, procedimientos de estimulación del cerebro. 

Adicciones que tratamos en el Departamento de psiquiatria, medicina psicosomática y psicología Clínica Luz:

  • Alcohol
  • Tabaco
  • Cocaína
  • Cannabis
  • Opiáceos
  • Benzodiacepina
  • Adicción al juego
  • Adicción a Internet
  • Adicción al sexo

 

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